El feminismo se define como un conjunto de teorías sociales y políticas que tienen sus orígenes a finales del siglo XVIII. Su objetivo es la comprensión y el análisis de las desigualdades entre el hombre y la mujer, y la persecución de una igualdad de derechos entre éstos.
Desde él se incita a la toma de conciencia de las relaciones de poder a las que se encuentra sometida la mujer en la vida diaria (en el ámbito doméstico, político, sexual, económico, cultural y social) transformando la dominación (de la que han sido y son objeto) a través de acción reflexiva y prácticas políticas que tienen en cuenta la experiencia femenina.
Es importante resaltar que un hombre puede ser igual de feminista que una mujer, es decir, ser partidario de la doctrina y apoyar el movimiento, mientras que algunas mujeres no se consideran feministas y aceptan el rol social que ocupa el género, reconociéndolo como una realidad cultural que no debería ser censurada.
Existen varios tipos de feminismos:
- Feminismo de la igualdad: pretende la igualdad de los dos sexos con el objetivo de que la mujer tenga la misma posibilidad de acceso a la participación en la vida pública y política que el hombre. Hace referencia a que las concepciones de lo masculino y lo femenino son constructos que obedecen a unos roles sociales, y por tanto aspira a una sociedad en la que se integren las individualidades una vez superados estos estereotipos. Denuncia que la sexualidad femenina ha sido negada históricamente y pone en entredicho todo aquello que la limita u oprime, como la exigencia a la heterosexualidad. Al contrario que el feminismo de la diferencia, rechaza la búsqueda de la esencia femenina por ser una creación patriarcal.
- Feminismo de la diferencia: Proviene de grupos feministas radicales, y con su lema “ser mujer es hermoso” abogan por identificar y defender las características propias de la mujer. Alegan que la persecución de la igualdad llevaría a que las mujeres terminaran pareciéndose a los hombres, y por tanto defienden que la mujer tiene derecho a su individualidad, su “diferencia” y debe conservarla. Las autoras que pertenecen a esta corriente entienden la diferencia como instrumento para derrocar la estructura patriarcal; en estas sociedades, los hombres han construido su identidad como la única posible, una identidad que oculta de forma sistemática la diferencia femenina. Esta es la situación que se debe superar construyendo un nuevo orden simbólico.
- Feminismo radical: Tuvo su origen en la segunda ola feminista de los años 60. Sostiene que la característica fundamental de la sociedad es la opresión patriarcal. Defienden que el lesbianismo es la única vía para desarrollar plenamente la sexualidad femenina, sin que medien relaciones de poder. Se suele reconocer que la sociedad occidental permite a la mujer un ejercicio relativo del poder, aunque a costa de desempeñar socialmente un papel masculino y de participar en la tarea de dominación. Son contrarias a la prostitución y la pornografía por considerarlas manifestaciones del patriarcado.
- Neofeminismo: Defiende la igualdad de los sexos de los hombres y las mujeres y no reniega de lo típicamente humano: el cuidar de la familia, el compadecerse con el que sufre, sino que lo concibe como aspectos dignos es los que todos debemos ser iguales. Este feminismo apuesta por la conciliación, y sueña con construir una sociedad con madres y una familia con padres.
- Ecofeminismo: este movimiento propone que el movimiento feminista y el movimiento ecologista tengan objetivos comunes (la igualdad de derechos, la abolición de jerarquías, etc.) y trabajen conjuntamente en la construcción de alternativas teóricas y prácticas. El término lo inventó Françoise d’Eaubonne en 1974 para referirse a la capacidad de las mujeres como impulsoras de una revolución ecológica. Desde ese ecofeminismo inicial, se han ido desarrollando diversas tendencias influenciadas por la posición feminista de la que proceden (ecofeminismo radical, liberal, socialista), estableciendo cada una de ellas sus propias estrategias de actuación, aunque los puntos principales en lo que se basan son los mismos y se reducen a los siguientes: Denuncian la asociación que el patriarcado establece entre las mujeres y la naturaleza. Algunas de sus representantes argumentan que la biología de las mujeres, su cuerpo (característica que las capacita para gestar y crear vida), hace que estas estén en una posición de mayor proximidad a la naturaleza, lo que permite su identificación con ella. Según este enfoque, los hombres, guiados por la razón, en oposición a la intuición femenina, pertenecen al mundo de la cultura. Por su capacidad para controlar y transformar la naturaleza, la cultura se considera superior a la naturaleza. Los binomios mujer-naturaleza y hombre-cultura y la superioridad de la cultura sobre la naturaleza en el patriarcado explican que las mujeres sean consideradas inferiores a los hombres
- Feminismo filosófico: Se trata de una línea de pensamiento que ha sabido ligar la filosofía con la mujer desde una perspectiva innovadora. Ha reexaminado de manera crítica lo que pensadores como Hegel o Aristóteles teorizaban sobre las mujeres, y se ha podido comprobar la fatal influencia de los prejuicios .Se plantea que la historia de la filosofía está incompleta, ya que ésta omite a las filósofas, por lo tanto es un intento de ampliación del marco filosófico revisando y actualizando sus conceptos de manera que el “Hombre” del que hable la filosofía haga referencia al conjunto de seres humanos.
- Ciberfeminismo: Se trata de una forma de posicionarse, una actitud proactiva y feminista que se realiza utilizando las tecnologías de la información y comunicación, como recursos del nuevo espacio público. Promueve conexión entre mujeres y la tecnología para investigar y descifrar los códigos de dominación y control de la cultura tecnológica; aprovecha para ello la capacidad de experimentación y las posibilidades que ofrece el ciberespacio para la creación de otras formaciones sociales, otras identidades y otra forma de activismo político.
Para más información, el periódico feminista Mujeres en Red es una fuente interesante.
Marta Gómez Martínez-Cabañas